sábado, 23 de mayo de 2015

Funcionamiento de un banco


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El sistema financiero y económico funciona mediante unas entidades bancarias que ejercen de simples intermediarios entre los ahorradores y los emprendedores de una sociedad. Para que los ahorradores depositen su dinero en una determinada entidad, ésta los compensa con un interés. Ese dinero no se queda en el banco, irá destinado a la actividad inversora mediante los créditos otorgados a un determinado interés. El diferencial entre el interés cobrado y el interés pagado se denomina spread. La variable spread se mide en porcentaje y es el margen financiero de la actividad bancaria.
Aunque generalmente los bancos se financian a través de depósitos, ya que es la financiación más barata, a veces, una entidad debe pedir prestado dinero a otra entidad para satisfacer su demanda crediticia. Este proceso se denomina financiación mayorista, que incluye cédulas hipotecarias, pagarés bonos... esta financiación es más cara respeto a un deposito a la vista. El tipo de interés mayorista está ligado a la evolución de un indicador, en el caso del euro, este indicador es el Euríbor.
El spread bancario no es la única fuente de ingresos bancarios, también se incluyen las comisiones por gestionar activos, por la concesión de créditos y por facilitar medios de pago como transferencias, tarjetas TPV's (Terminal Punto de Venta). En entornos de crisis, dónde la actividad bancaria queda ralentizada,  las comisiones suelen encarecerse para medianamente compensar dicha caída.
Las partidas más importantes en la estructura del gasto de la cuenta de resultados van ligadas a pagar los sueldos de los empleados y las provisiones destinadas a encubrir el riesgo de impago por el deterioro de la calidad de la cartera crediticia.
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Los bancos tratarán de prestar los fondos que reciben de forma tal que la diferencia entre los ingresos que obtienen y los costes en que incurren sea lo mayor posible. Los ingresos los obtendrán de los activos rentables, esto es, de los intereses que cobran por los créditos y préstamos concedidos y por los valores mobiliarios que poseen. Los costes se derivan, sobre todo, de los intereses pagados por los fondos recibidos, es decir, depósitos de clientes y préstamos del Banco de España (o del país en cuestión), y de los gastos de intermediación (amortizaciones, sueldos, salarios y demás costes de gestión).
Los gobiernos por su parte ejercen controles para limitar la inflación pero los bancos evaden estos controles, además los estados, las autonomías hasta el ayuntamiento más pequeño se endeudan, con lo que los bancos aumentan sus ganancias.
Los bancos también ven incrementados sus beneficios cuando elevan el tipo de interés.
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Cuentan que hace varios siglos, en los pequeños pueblos, la gente guardaba su dinero en su casa, tal vez abajo del colchón o escondido en un lugar seguro para que nadie se lo robara. Al paso del tiempo, apareció una persona en el pueblo- imaginemos que se llamaba Laura- que construyó un lugar seguro en su casa donde la gente podía ir a guardar su dinero. Además, Laura era de fiar y todos sabían que no se iba a robar sus ahorros. La gente del pueblo empezó a llevarle a Rodrigo el dinero para que estuviera seguro. 
Con el paso del tiempo, los carpinteros del pueblo se dieron cuenta que necesitaban dinero para comprar mesas y poder trabajar mejor, pero no les alcanzaba para comprarlas. Se les ocurrió ir con Laura y pedirle que les prestara una parte del dinero que tenía guardado. Entonces, Laura se dio cuenta que ahí podía hacer un negocio: prestaría el dinero y les cobraría. Lo que les prestó se llama capital y lo que les cobró adicional se llaman intereses. El porcentaje que les iba a cobrar se llama tasa de interes activaPero a Laura le dio un poco de miedo que los carpinteros no la fueran a pagar, así que les dijo: “si para fin de mes no han venido a entregarme la deuda y los intereses, entonces me quedo con las herramientas que usan”; esto se le llama el aval.
Si por alguna razón los carpinteros no le pagaban a Laura, ella tenía que ir a buscarlos y quitarles sus herramientas. Después, las vendería para recuperar algo de lo que le debían. Curiosamente, aunque lo que vale el aval es mayor que la deuda (si me van a prestar 100€, me piden un aval de 120€), a Laura lo que más le conviene es que le paguen y no quedarse con las herramientas, porque para ella es un problema conseguir quién se las compre y en realidad su negocio es el del dinero.
Con el paso del tiempo, Don Carlos, que llevaba su dinero a guardar con Laura, se dio cuenta de que a los carpinteros les cobraban por el préstamo y empezó a exigir que también le pagaran por llevar ahí su dinero. Laura aceptó y les dio un porcentaje de lo que guardaba, a esto se le llama tasa de interés pasiva.
Veamos un ejemplo, supongamos que Don Carlos llevó a guardar 100€ y a fin de mes, Laura le va a regresar 110€; los carpinteros pidieron 100€ y a fin de mes le van a pagar 120€. Entonces, Laura ganó 10€ simplemente por haber recibido y prestado dinero.
Cada vez más gente del pueblo se empezó a dar cuenta que ese era un buen negocio. Así que se pusieron en los mercados para recibir el dinero de las personas y entregar préstamos. Pero no podían prestar TODO el dinero que recibían, pues en algún momento los dueños del dinero  llegarían a pedirlo. Entonces lo que hacían era recibir los depósitos, guardar una parte, prestar la otra y ganar la diferencia entre lo que recibían y pagaban.
La parte que guardaban se llama reserva y la tenían lista por si alguna persona llegaba por su dinero. Imaginemos que Laura recibía en total 1000€ y se daba cuenta que al mes la gente regresaba para sacar 500€ aproximadamente, así que ese dinero lo tenía que tener disponible. Para estar bien seguro, guardaba 600€ y prestaba 400€.
Si por algún motivo Laura calculaba mal y la gente llegaba a pedirle su dinero y resultaba que lo había prestado, se tenía que poner de pie en medio del mercado y romper el banquito en el que estaba sentado para que todos se dieran cuenta que no era una persona de confianza. Por eso, cuando un banco tiene muchos problemas, se dice que “quebró la banca”.
Es curioso cómo la mayoría de la gente cree que el dinero que tiene en el banco está ahí, cuando en realidad, sólo una parte está guardada y la otra la ha prestado el banco para cobrar intereses y así ganar dinero. Cuando la gente se siente insegura, la reacción más común es que vaya a su banco para sacar todo su dinero. Si toda la gente hace eso, el banco no podrá regresarles sus ahorros y tendrá que declararse en banca rota. Entonces la gente va a empezar a decir: “si quebró el banco donde José tenía sus ahorros, seguro va a quebrar el banco donde tengo los míos” y saldrá corriendo a buscar su dinero. Como el banco no tiene TODO el dinero porque lo prestó, también va a quebrar. Esta situación en la que quiebra un banco, se genera pánico y empiezan a quebrar otros bancos, se llama corrida bancariaPor eso es común que cuando un banco está en problemas, se busque la manera de que no quiebre, aunque esto implique que el mismo gobierno tenga que ayudarlo.

La fascinante historia del capitalismo

Fueron muchos los autores que desde el hace mucho observaron, definieron y trataron de superar los efectos que en las economías causaban sus crisis, sólo Marx nos dio a conocer científicamente que estaban radicadas en lo que él, en sus diversas acepciones llamó plusvalías.
De antiguo se entendía como algo congénito que una inversión debía tener una rentabilidad; una categoría de lo connatural que al no contemplar la importancia que en sus transacciones tenía el trabajo, sólo la vinculaban con las correlaciones que concurren en el proceso comercial que era preciso materializar para la evolución y el desarrollo de la especie…
Ya Hobbes definió como una utopía un modelo de socio-economía que denominó como de mercado simple, especificándolo como un prototipo en el que “todo el mundo intercambia mercancías; que éstas hacen pasar lo que era poder de inversión en unos, en una resultante que constituye la posesión de otros.” “ que al ser las transacciones que entre sí se han de hacer constituyen tan solo productos, este intercambio mercantil no puede ser un medio por el cual se puedan obtener ganancias haciendo pasar  algunos de los poderes ajenos a sus propios usos.
Con lo cual la ganancia que obtienen cada uno de ellos consiste en el mayor beneficio que se consigue al producir una cosa para el cambio, en vez de producirla para sí.”
(C.B. Macpherson, La Teoría Política del Individualismo Posesivo).
Este modelo  no sólo es utópico; en función de que es falso que en este intercambio mercantil no se obtengan ganancias, no podemos considerarlo como un prototipo en el que lo obtenido sea deseablemente distribuido; y que consecuentemente no se hayan suprimido las desigualdades que se generan como acumulación. Lo  que para Marx era preciso concienciar era la trascendencia que tenían aquellos factores relacionados con la producción y la distribución; unos factores  que condicionaban la existencia de aquéllos que no participaban en los anteriormente mencionados intercambios mercantiles. Concienciar que los egresos que se hubieran de aportar (para con el trabajo facilitar el desarrollo de sus trapicheos), constituía un simple factor de producción.
Ocurre que como consecuencia de la asunción por parte de los trabajadores de esta concienciación, (y  una vez que los operadores del intercambio mercantil fueron conscientes que la compleja apropiación de una parte del trabajo no abonado estaba generando una contestación), los que con anterioridad se habían considerado exclusivamente como propietarios, terratenientes o rentistas, dejaron de contemplar la relación interesadamente seudo-patriarcal con la que hasta ese momento habían venido explotando a los que se encontraban bajo su égida, se adscribieron el rango y los comportamientos que caracterizan al capitalista. Tuvieron que asumir las relaciones y las obligaciones que dimanaban del trabajo enajenado; y en este contexto, al tener que admitir que esta situación condicionaba en cierta forma las conductas que los poseedores de los medios habían venido desarrollando, para poder asegurar y compensar las demandas llevadas a cabo por los trabajadores decidieron que era preciso ir mucho más allá de la pragmática que regulaba exclusivamente el intercambio. Sobre todo, tras su apercibimiento de que debido a la concienciación que había inculcado Marx, esta concienciación había cristalizado en un nuevo orden social.
En un principio se recurrió al fordismo y al taylorismo. Después, cuando se observó que los rendimientos dimanantes de la plusvalía relativa conllevaba una disminución asimismo relativa con respecto al proceso de inversión, se utilizó como llave con la que superar la imposibilidad de que la oferta se equiparara a la demanda, haciendo uso de un incremento desusado de las acreditaciones; se pospuso el pago ad futuro de lo que en el presente no podía ser consumido. Y todo esto con independencia de estar condenados a continuar este proceso, so pena de ser eliminados; un proceso que demandaba un continuo incremento de la estructura productiva.
 Es por ello por lo que Marx aseveró que “el capitalismo sólo puede existir como una esfera que para mantenerse ha de estar supeditada a un proceso de acumulación.”

Comienza una gran historia...
Desde Europa, el sistema capitalista se fue extendiendo a todo el mundo, siendo el sistema socioeconómico casi exclusivo en el ámbito mundial hasta el estallido de la I Guerra Mundial, tras la cual se estableció un nuevo sistema socioeconómico, el comunismo, que se convirtió en el opuesto al capitalista.
El término kapitalism fue acuñado a mediados del siglo XIX por el economista alemán Karl Marx. Otras expresiones sinónimas de capitalismo son sistema de libre empresa y economía de mercado, que se utilizan para referirse a aquellos sistemas socioeconómicos no comunistas.
Se puede decir que, de existir un fundador del sistema capitalista, éste es el filósofo escocés Adam Smith, que fue el primero en describir los principios económicos básicos que definen al capitalismo. En su obra clásica Investigación sobre la naturaleza y causas de la riqueza de las naciones (1776), Smith intentó demostrar que era posible buscar la ganancia personal de forma que no sólo se pudiera alcanzar el objetivo individual sino también la mejora de la sociedad. Los intereses sociales radican en lograr el máximo nivel de producción de los bienes que la gente desea poseer.
Orígenes
Tanto los mercaderes como el comercio existen desde que existe la civilización, pero el capitalismo como sistema económico no apareció hasta el siglo XIII en Europa sustituyendo al feudalismo. Según Adam Smith, los seres humanos siempre han tenido una fuerte tendencia a “realizar trueques, cambios e intercambios de unas cosas por otras”. Este impulso natural hacia el comercio y el intercambio fue acentuado y fomentado por las Cruzadas que se organizaron en Europa occidental desde el siglo XI hasta el siglo XIII. Las grandes travesías y expediciones de los siglos XV y XVI reforzaron estas tendencias y fomentaron el comercio, sobre todo tras el descubrimiento del Nuevo Mundo y la entrada en Europa de ingentes cantidades de metales preciosos provenientes de aquellas tierras.
El orden económico resultante de estos acontecimientos fue un sistema en el que predominaba lo comercial o mercantil, es decir, cuyo objetivo principal consistía en intercambiar bienes y no en producirlos.
Sin embargo, ya antes del inicio de la industrialización había aparecido una de las figuras más características del capitalismo, el empresario, que es, según Schumpeter, el individuo que asume riesgos económicos. Un elemento clave del capitalismo es la iniciación de una actividad con el fin de obtener beneficios en el futuro; puesto que éste es desconocido, tanto la posibilidad de obtener ganancias como el riesgo de incurrir en pérdidas son dos resultados posibles, por lo que el papel del empresario consiste en asumir el riesgo de tener pérdidas.
El camino hacia el capitalismo a partir del siglo XIII fue allanado gracias a la filosofía del renacimiento y de la Reforma. Estos movimientos cambiaron de forma drástica la sociedad, facilitando la aparición de los modernos Estados nacionales que proporcionaron las condiciones necesarias para el crecimiento y desarrollo del capitalismo.
 Inicios del capitalismo moderno
Dos acontecimientos propiciaron la aparición del capitalismo moderno durante la segunda mitad del siglo XVIII. El primero fue la aparición en Francia de los fisiócratas desde mediados de este siglo; el segundo fue la publicación de las ideas de Adam Smith sobre la teoría y práctica del mercantilismo.
Los fisiócratas
El término fisiocracia se aplica a una escuela de pensamiento económico que sugería que en economía existía un orden natural que no requiere la intervención del Estado para mejorar las condiciones de vida de las personas. La figura más destacada de la fisiocracia fue el economista francés François Quesnay, que definió los principios básicos de esta escuela de pensamiento en Le Tableau économique (1758), un diagrama en el que explicaba los flujos de dinero y de bienes que constituyen el núcleo básico de una economía. Simplificando, los fisiócratas pensaban que estos flujos eran circulares y se retroalimentaban. Sin embargo la idea más importante de los fisiócratas era su división de la sociedad en tres clases: una clase productiva formada por los agricultores, los pescadores y los mineros, que constituían el 50% de la población; la clase propietaria, o clase estéril, formada por los terratenientes, que representaban la cuarta parte, y los artesanos, que constituían el resto.
La importancia del Tableau de Quesnay radicaba en su idea de que sólo la clase agrícola era capaz de producir un excedente económico, o producto neto. El Estado podía utilizar este excedente para aumentar el flujo de bienes y de dinero o podía cobrar impuestos para financiar sus gastos. El resto de las actividades, como las manufacturas, eran consideradas estériles porque no creaban riqueza sino que sólo transformaban los productos de la clase productiva. Este principio fisiocrático era contrario a las ideas mercantilistas. Si la industria no crea riqueza, es inútil que el Estado intente aumentar la riqueza de la sociedad dirigiendo y regulando la actividad económica.
La doctrina de Adam Smith
Las ideas de Adam Smith no sólo fueron un tratado sistemático de economía; fueron un ataque frontal a la doctrina mercantilista. Al igual que los fisiócratas, Smith intentaba demostrar la existencia de un orden económico natural, que funcionaría con más eficacia cuanto menos interviniese el Estado. Smith pensaba que la división del trabajo y la ampliación de los mercados abrían posibilidades ilimitadas para que la sociedad aumentara su riqueza y su bienestar mediante la producción especializada y el comercio entre las naciones.
Así pues, tanto los fisiócratas como Smith ayudaron a extender las ideas de que los poderes económicos de los Estados debían ser reducidos y de que existía un orden natural aplicable a la economía. Sin embargo fue Smith más que los fisiócratas, quien abrió el camino de la industrialización y de la aparición del capitalismo moderno en el siglo XIX.
La industrialización
Capitalismo
Las ideas de Smith y de los fisiócratas crearon la base ideológica e intelectual que favoreció el inicio de la Revolución industrial, término que sintetiza las transformaciones económicas y sociales que se produjeron durante el siglo XIX. Se considera que el origen de estos cambios se produjo a finales del siglo XVIII en Gran Bretaña.
La característica fundamental del proceso de industrialización fue la introducción de la mecánica y de las máquinas de vapor para reemplazar la tracción animal y humana en la producción de bienes y servicios; esta mecanización del proceso productivo supuso una serie de cambios fundamentales: el proceso de producción se fue especializando y concentrando en grandes centros denominados fábricas; los artesanos y las pequeñas tiendas del siglo XVIII no desaparecieron pero fueron relegados como actividades marginales; surgió una nueva clase trabajadora que no era propietaria de los medios de producción por lo que ofrecían trabajo a cambio de un salario monetario; la aplicación de máquinas de vapor al proceso productivo provocó un espectacular aumento de la producción con menos costes. La consecuencia última fue el aumento del nivel de vida en todos los países en los que se produjo este proceso a lo largo del siglo XIX.
El desarrollo del capitalismo industrial tuvo importantes costes sociales. Al principio, la industrialización se caracterizó por las inhumanas condiciones de trabajo de la clase trabajadora. La explotación infantil, las jornadas laborales de 16 y 18 horas, y la insalubridad y peligrosidad de las fábricas eran circunstancias comunes. Estas condiciones llevaron a que surgieran numerosos críticos del sistema que defendían distintos sistemas de propiedad comunitaria o socializado; son los llamados socialistas utópicos. Sin embargo, el primero en desarrollar una teoría coherente fue Karl Marx, que pasó la mayor parte de su vida en Inglaterra, país precursor del proceso de industrialización, y autor de Das Kapital (El capital, 3 volúmenes, 1867-1894). La obra de Marx, base intelectual de los sistemas comunistas que predominaron en la antigua Unión Soviética, atacaba el principio fundamental del capitalismo: la propiedad privada de los medios de producción. Marx pensaba que la tierra y el capital debían pertenecer a la comunidad y que los productos del sistema debían distribuirse en función de las distintas necesidades.
Con el capitalismo aparecieron los ciclos económicos: periodos de expansión y prosperidad seguidos de recesiones y depresiones económicas que se caracterizan por la discriminación de la actividad productiva y el aumento del desempleo. Los economistas clásicos que siguieron las ideas de Adam Smith no podían explicar estos altibajos de la actividad económica y consideraban que era el precio inevitable que había que pagar por el progreso que permitía el desarrollo capitalista. Las críticas marxistas y las frecuentes depresiones económicas que se sucedían en los principales países capitalistas ayudaron a la creación de movimientos sindicales que luchaban para lograr aumentos salariales, disminución de la jornada laboral y mejores condiciones laborales.
A finales del siglo XIX, sobre todo en Estados Unidos, empezaron a aparecer grandes corporaciones de responsabilidad limitada que tenían un enorme poder financiero. La tendencia hacia el control corporativo del proceso productivo llevó a la creación de acuerdos entre empresas, monopolios o trusts que permitían el control de toda una industria. Las restricciones al comercio que suponían estas asociaciones entre grandes corporaciones provocó la aparición, por primera vez en Estados Unidos, y más tarde en todos los demás países capitalistas, de una legislación antitrusts, que intentaba impedir la formación de trusts que formalizaran monopolios e impidieran la competencia en las industrias y en el comercio. Las leyes antitrusts no consiguieron restablecer la competencia perfecta caracterizada por muchos pequeños productores con la que soñaba Adam Smith, pero impidió la creación de grandes monopolios que limitaran el libre comercio.
A pesar de estas dificultades iniciales, el capitalismo siguió creciendo y prosperando casi sin restricciones a lo largo del siglo XIX. Logró hacerlo así porque demostró una enorme capacidad para crear riqueza y para mejorar el nivel de vida de casi toda la población. A finales del siglo XIX, el capitalismo era el principal sistema socioeconómico mundial. 
El capitalismo en el siglo XX
Durante casi todo el siglo XX, el capitalismo ha tenido que hacer frente a numerosas guerras, revoluciones y depresiones económicas. La I Guerra Mundial provocó el estallido de la revolución en Rusia. La guerra también fomentó el nacionalsocialismo en Alemania, una perversa combinación de capitalismo y socialismo de Estado, reunidos en un régimen cuya violencia y ansias de expansión provocaron un segundo conflicto bélico a escala mundial. A finales de la II Guerra Mundial, los sistemas económicos comunistas se extendieron por China y por toda Europa oriental. Sin embargo, al finalizar la Guerra fría, a finales de la década de 1980, los países del bloque soviético empezaron a adoptar sistemas de libre mercado, aunque con resultados ambiguos. China es el único gran país que sigue teniendo un régimen marxista, aunque se empezaron a desarrollar medidas de liberalización y a abrir algunos mercados a la competencia exterior. Muchos países en vías de desarrollo, con tendencias marxistas cuando lograron su independencia, se tornan ahora hacia sistemas económicos más o menos capitalistas, en búsqueda de soluciones para sus problemas económicos.
En las democracias industrializadas de Europa y Estados Unidos, la mayor prueba que tuvo que superar el capitalismo se produjo a partir de la década de 1930. La Gran Depresión fue, sin duda, la más dura crisis a la que se enfrentó el capitalismo desde sus inicios en el siglo XVIII. Sin embargo, y a pesar de las predicciones de Marx, los países capitalistas no se vieron envueltos en grandes revoluciones. Por el contrario, al superar el desafío que representó esta crisis, el sistema capitalista mostró una enorme capacidad de adaptación y de supervivencia. No obstante, a partir de ella, los gobiernos democráticos empezaron a intervenir en sus economías para mitigar los inconvenientes y las injusticias que crea el capitalismo.
Así, en Estados Unidos el New Deal de Franklin D. Roosevelt reestructuró el sistema financiero para evitar que se repitiesen los movimientos especulativos que provocaron el crack de Wall Street en 1929. Se emprendieron acciones para fomentar la negociación colectiva y crear movimientos sociales de trabajadores que dificultaran la concentración del poder económico en unas pocas grandes corporaciones industriales. El desarrollo del Estado del bienestar se consiguió gracias al sistema de la Seguridad Social y a la creación del seguro de desempleo, que pretendían proteger a las personas de las ineficiencias económicas inherentes al sistema capitalista.
El acontecimiento más importante de la historia reciente del capitalismo fue la publicación de la obra de John Maynard Keynes, La teoría general del empleo, el interés y el dinero (1936). Al igual que las ideas de Adam Smith en el siglo XVIII, el pensamiento de Keynes modificó en lo más profundo las ideas capitalistas, creándose una nueva escuela de pensamiento económico denominada keynesianismo.
Keynes demostró que un gobierno puede utilizar su poder económico, su capacidad de gasto, sus impuestos y el control de la oferta monetaria para paliar, e incluso en ocasiones eliminar, el mayor inconveniente del capitalismo: los ciclos de expansión y depresión. Según Keynes, durante una depresión económica el gobierno debe aumentar el gasto público, aun a costa de incurrir en déficits presupuestarios, para compensar la caída del gasto privado. En una etapa de expansión económica, la reacción debe ser la contraria si la expansión está provocando movimientos especulativos e inflacionistas

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viernes, 22 de mayo de 2015

Historia Del Capitalismo

El Capitalismo tiene su inicio en Europa. Sus caracteristicas aparecen desde la Baja Edad Media (del siglo XI al XV) con la transferencia del centro de vida economica social y politica de los feudos (centro rurales) hacia las ciudades. Pero, ¿Que es el Capitalismo?

El feudalismo paso por una grave crisis derivada de la catastrofe demografica causada por la Peste Negra que disminuyo el 40% de la poblacion europea y por la hambruna que asolo las regiones europeas. Sin embargo, la elevada tasa de natalidad permitio el aumento progresivo de la poblacion que, en el año 1500 d.c., era de aproximadamente 70 millones de habitantes en toda Europa, lo que significaba que se debia recuperar los niveles anteriores a la Peste Negra (llamada tambien Peste bubonica).

Fin del Feudalismo e inicio del Capitalismo

Aunque la poblacion era mayoritariamente rural, habia una ligera tendencia a la migracion de la poblacion hacia las ciudades. Al inicio del siglo XVI, algunas ciudades, como Napoles, Paris, Sevilla y Lisboa, contaban con cerca de 200 mil habitantes.

Fases Historicas del Capitalismo
  • Primera Fase del Capitalismo : Capitalismo Comercial
El Capitalismo Comercial (llamado tambien Pre-Capitalismo) se extiende durante los siglos XVI al XVIII, iniciandose con los Grandes Navegaciones y Expansiones Maritimas Europeas. La acumulacion de riqueza era generado a traves del comercio de especies y materias primas de las colonias europeas, esto dio como origen a la teoria economica conocida como Mercantilismo.
  • Segunda Fase del Capitalismo: Capitalismo Industrial
El Capitalismo Industrial se inicia con la Revolucion industrial que genero una gran acumulacion de riquezas proveniente del comercio de productos industrializados de las fabricas europeas . La enorme capacidad de transformacion de la naturaleza, por medio de la utilizacion de, cada vez mas, las maquinas movidas a vapor, genero un gran produccion y la multiplicacion de ganancias.
  • Tercera Fase del Capitalismo: Capitalismo Financiero
El Capitalismo Financiero (llamado tambien Capitalismo Monopolista) se inicio en el siglo XX, despues del termino de la Segunda Guerra Mundial, y se extiende hasta nuestros dias. Una de las consecuencias más importantes del crecimiento acelerado de la economia capitalista fue el brutal proceso de centralizacion del capital. Muchas empresas surgian y crecieron rapidamente: Industrias, Bancos, casas comerciales, etc. Las fuertes competencias entre las grandes empresas, favorecio el nacimiento de grandes empresas transnacionales, mediante la fusion, durante los fines del siglo XX e inicios del siglo XXI que llevaria a lamonopolizacion de muchos sectores de la economia.

domingo, 17 de mayo de 2015

Crisis inmobiliaria y financiera del 2008

Diario Sur (11-5-2015): Se paraliza deshaucio de una pareja con tres hijos en la barriada de Nuevo San Andrés

 Pancartas contra el desahucio se exhibían esta mañana en la fachada de la vivienda.



“Kennet compró la vivienda en 2004, por la que empezó a pagar una cuota hipotecaria de 1.000 € al mes, asegura que no tuvo problemas en abonarla hasta el 2008,cuando se quedó sin trabajo.”
Desde que comenzó la crisis en España se han producido más de  400.000 ejecuciones hipotecarias y una gran parte ha acabado en desahucio. Este drama que afecta a muchas familias  aumenta con el desempleo”

¿ Cómo hemos podido llegar a esto?
CRISIS INMOBILIARIA Y FINACIERA 2008
Análisis de la noticia:
Familia de cinco miembros, barrio de San Andrés , barrio obrero de Málaga, superpoblado ,construido en 1970 (fuente wikipedia )  .Antigüedad aproximada de la vivienda 45 años. Calidades : a la vista de la imagen , sencillas.
Cuota mensual de hipoteca: 1.000 €
Salario mínimo interprofesional año  2015 : 648,60€
Kenent dice que nunca tuvo problemas para pagar la hipoteca hasta que el año 2008 se quedó sin trabajo.
En el año 2008, después de 10 años  de una acelerada construcción de viviendas estalló lo que se ha llamado burbuja inmobiliaria , teniendo como consecuencias inmediatas  la quiebra de constructoras, pérdida de empleo de muchos trabajadores del sector de la construcción y de otros sectores , el desahucio de familias de su única vivienda, el rescate de entidades bancarias para evitar su quiebra...y un estado endeudado, en una situación muy precaria
Todo empezó en  1998 cuando aumentó la demanda de viviendas porque había muchos jóvenes con ganas de independizarse. El estado , atendiendo esta demanda ,creo leyes y dio beneficios fiscales a los compradores para facilitar el acceso a una vivienda.
Debido a la gran demanda , el precio de las viviendas empezó a subir. Esto generó un aumento de empleo y mayores beneficios para el estado, pues recaudaba más impuestos. También se aprovecharon de la situación los ayuntamientos, los políticos y los particulares que compraban viviendas para revenderlas          (especuladores) y obtener un rápido beneficio. Muchos jóvenes dejaron de estudiar y empezaron a trabajar en la construcción . Desde el gobierno no se tomaron medidas para proteger a los ciudadanos , ni siquiera se informó a la población de las posibles consecuencias  solo se fomentó la compra de viviendas.
Los bancos bajaron los intereses para conseguir hacer más prestamos y dejaron de pedir garantías y para ganar más dinero sobrevaloran las viviendas y endeudaban a las familias por más cantidad y por más tiempo. Muchos ciudadanos ,mal informados y contagiados por la alegría del momento pensaron que aunque adquirían su vivienda por precios altos era lo correcto, pues creían que si esperaban más los precios aumentarían y en esa época no se equivocaban. Esto debió de pensar Kennet al asumir una hipoteca de 1.000 € al mes de una vivienda que no parece de lujo sino todo lo contrario.
Para poder dar tantos créditos la banca española tuvo que pedir préstamos a la banca europea, y esta se los dió, quedando la espoñola muy  endeudada.
El problema llegó en el año 2008, en que las viviendas tenían un precio tan alto que muchos ciudadanos no podían comprar. Las constructoras seguían construyendo pero ese año tuvieron dificultades para venderlas; al no obtener beneficio por ellas, las constructoras quebraron por no poder hacer frente a los préstamos que habían pedido a los bancos y muchos obreros y trabajadores de otros sectores  se quedaron sin trabajo .Las personas que se quedaron sin trabajo, tampoco podían seguir pagando sus hipotecas.
En este momento quedó de manifiesto que los bancos habían asumido muchos riesgos al conceder créditos a empresas y a familias cuyos ingresos no iban a  poder cubrir los pagos y comienzan los embargos., los bancos se quedan con las viviendas , los ciudadanos sin ellas.

¿Quiénes son los culpables?
Los políticos por no analizar la situación, por no proteger a los ciudadanos que los han elegido , por dejar que los jóvenes abandonases los estudios, por dar licencias de obra y fomentar la construcción , por malgastar el dinero público  ( como aparece en Simiocracia, ‘se malgastó en construcciones innecesarias como unas setas gigantestcas para dar sombra en Sevilla que costaron 123millones € ‘), por no dar información y mentir y seguir mintiendo porque el desahucio de la familia de Kennet es una realidad que no les he oído contar nunca, de los suicidios ,por no poder pagar la hipoteca, tampoco se oye nada.
Los bancos, porque antes del año 1998 para pedir un préstamo te pedían mucho requisitos y dejaron de hacerlo para ganar más  y más dinero sin pensar en las consecuencias .
También los ciudadanos por confiar en los políticos, por no ser exigentes con ellos  dejarse engañar por el consumo y asumir hipotecas de precios imposibles.


María Martínez Alfaya